El PAN de MASA MADRE no es una MODA. Es un HÁBITO que la humanidad tuvo por más de 5000 años desde que se hicieron los primeros panes fermentados en el Antiguo Egipto.

Un hábito que fue trucado recién en el siglo XIX luego de que Louis Pasteur demostrara los procesos de fermentación.

Incorporamos la levadura industrial con el anhelo de que la rapidez y los alimentos inmediatos nos iban a salvar y aprovecharíamos mejor el tiempo.

Dejamos de lado todo lo casero, lo que involucrara comprometerse con los alimentos, saber su origen, cuidarlos y conectar con ellos.

Hoy, con la pandemia, que sin lugar a dudas golpeó y fuerte a todo el mundo…puedo decir que rescato una cosa y que me pone muy feliz…cada vez somos más los que hacemos nuestro pan en casa, somos más los que sabemos y entendemos cómo sabe un buen pan. “Descubrimos” los beneficios de hornear nuestro propio alimento.

Y pesar de estar separados por una pantalla, aprendimos a compartir y conectamos más que nunca desde la cocina. Esto abrió un nuevo capítulo en nuestra sociedad, una sociedad más consciente de lo que consume, comparte e ingiere en su cuerpo.

Por más casas con aroma a pan recién horneado.

No es un post de queja ni nada por el estilo, tampoco para demonizar a la levadura industrial que dándole un buen uso sale unos panes exquisitos.

Es solo un post para expresar lo que me pasa con respecto a todo lo que se vivió el año pasado y las vueltas de tuerca que encontramos como personas para volver a las fuentes, a lo que realmente nos hace sentir bien y plenos.

Hagan más masa madre, compártanla con amigos, hagan más panes, charlen sobre qué le ponen a los panes, compartan recetas, amasen, todo es mejor con aroma a pan recién horneado.

Espero que les haya gustado esta reflexión y si les copa la comparten! 😊

El PAN de MASA MADRE no es una MODA

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